Soy una ninfa que habita en los bosques del norte, mis ropajes son azules como mi alma, huelo a brisa, un poco a yedra , puedo volar pues soy ligera, lo que mas me pesa a veces es mi alma, si, se que la tengo porque a veces me sangra.
Desde el quinto piso se ve la esperanza y la nostalgia, los atardeceres tristes Y las noches de neón. Desde el quinto piso se ve mi fantasma Persiguiendome a mi mismo, y se ve la Gloria huyendo de los peatones sin destino
No sufráis, niñas, no sufráis. Que el hombre en un farsante. Un pie en la tierra, otro en el mar. Jamás sera constante. ¿Por qué sufrir? Dejadles ir, y disfrutad de la vida. Vuestros suspiros convertid en cantos de alegría.
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